Un apasionante viaje por el universo Beatle recomendado por Szwarcman, poeta y letrista que admiramos profundamente.
Si después de disfrutar minuciosamente las siete horas y media de "Get back", el documental de Peter Jackson recientemente estrenado, pensaste que ya no había más nada para descubrir en la íntima cocina de lo que fuera la banda pop más determinante de todos los tiempos, no podés desaprovechar la oportunidad de ver "McCartney 3, 2, 1", seis episodios de aproximadamente media hora cada uno donde el productor Rick Rubin entrevista a este verdadero genio de la música.
La entrevista recorre, a modo de análisis, algunas de las obras de Paul, tanto las escritas con John antes y durante Los Beatles, como otras de su etapa solista.
Otro detalle notable puede percibirse en la utilización del espacio, la iluminación, y de un particular blanco y negro que le agrega a las historias que el mismo McCartney se encarga de narrar, un hondo carácter de privacidad, como si estuviera dialogando con nosotros en algún secreto fondín de Liverpool o de Barracas.
Me sorprende ver a este Paul McCartney con sus 79, vital, exultante, apasionado, como si todavía tuviera aquellos 14 años, cuando conoció a John en la fiesta parroquial de la Iglesia de St. Peter, en el suburbio de Woollton.
Me asombra digo, y me emociona.
Igual que el Diego, Paul ve toda la cancha. No olvida jamás ninguno de los detalles y sucesos particulares, por más mínimos que fueran, que constituyeron las grabaciones que Rubin le propone transitar.
Por ejemplo, apenas promediando el capítulo 2, Paul evoca los pormenores del registro fonográfico de Penny Lane, cuando el gran David Mason, miembro de la Royal Philharmonic Orchestra, fuera convocado por George Martín para eternizar ese memorable solo de su trompeta piccolo. El corazón de Paul late tan ardientemente al narrar aquella secuencia que incluía una nota “oficialmente imposible”, que de pronto me ví solo, frente a la pantalla, aplaudiendo a mano viva.
Todo lo que se ve en “McCartney 3,2,1” no es a un caballero de casi ochenta años, sino a un veinteañero, con algunas arrugas por supuesto, pero colmado de vida.
¡Qué viva la Música!
Alejandro Szwarcman
VER MÁS23/05/2022
16/05/2022
09/05/2022
02/05/2022
01/05/2022
25/04/2022
22/04/2022